Proyecto Sur es un movimiento político, social y cultural que ubica el respeto a la condición humana sobre cualquier otra consideración, proclamando como principios básicos la defensa del ambiente y la propiedad pública de nuestros recursos naturales, como condición para alcanzar una auténtica justicia social y garantizar la soberanía nacional.

viernes, 8 de abril de 2011

DIRIGENTE DE PROYECTO SUR ANALIZA EL CUADRO DE SITUACIÓN

Cuadro de situación

6 ABR, 2011
Los plazos políticos y electorales se nos vienen encima. El Movimiento Proyecto Sur, ha prendido en toda la Patria.
Julio Raffo, vicepresidente segundo de la Legislatura Porteña
Julio Raffo, vicepresidente segundo de la Legislatura Porteña
Nuestras cinco Causas expresan las necesidades más urgentes del Pueblo argentino y constituyen la esperanza de convocarnos a todos en una emocionante marcha por la Emancipación Nacional y Social que nos vuelva a poner de pie como país y como sociedad.
El triunfo de Andalgalá, Catamarca, aparece en el horizonte como el heraldo que anuncia una marea de voluntades de hombres y mujeres que esperaban en silencio, pero ansiosos, que se los convocara a una patriada transformadora. En uno de los lugares simbólicos de la lucha contra la minería contaminante a cielo abierto, la lista Movimiento Socialista de Trabajadores-Proyecto Sur, encabezada por Alejandro Páez ganó la Intendencia.
El objetivo irrenunciable del Movimiento Proyecto Sur es una construcción nacional que les ofrezca a los argentinos una real alternativa de poder al bipartidismo, el cual sólo es hoy una caricatura degradada de lo que alguna vez fuera el radicalismo de Alem, de Yrigoyen y de Amadeo Sabattini, entre tantos otros; y se expresa también en el Pejotismo que abandonó las banderas y políticas de Perón y Evita, de la Resistencia, Cooke, de Atilio López y la juventud del Luche y Vuelve de los años 70, entre tantos otros.
La pata pejotista del bipartidismo es servil, funcional y garante del régimen económico y social que debería combatir para ser fiel a sus orígenes y al discurso que declama. Esa pata pejotista tiene su rostro visible en la reivindicación política de Ramoncito Saadi y su crimen, de Carlos Menem, de los negocios de los Gioja y la Barrick Gold, las apretadas de Moyano y las garantías dadas a su impunidad: la ley de entidades financieras de la dictadura, la ley antiterrorista –sancionada por instrucciones de la Embajada–, el sistema impositivo menemista, el abandono de los ferrocarriles, y el impúdico –e ilícito– enriquecimiento personal de la familia presidencial, de Jaime, Ulloa, Cristóbal López, los Werstein, los secretarios privados de “la Señora”, etcétera, etcétera.
El modelo K se nutre con una manga de puntos que son ex-menemistas, ex-Alianza, ex-UCD, ex–Cavallo, ex-duhaldistas, ex–Clarín, pero que en todos esos ámbitos siempre defendieron lo mismo: un modelo estructural que nos tiene postrados y a merced del saqueo de nuestros recursos energéticos y minerales. Son los puntos que encontraron en la obsecuencia del “sí Néstor” y ahora el “sí Cristina” y el hacerse los detraídos ante el afano, el modo de seguir mamando del presupuesto y de continuar con los negocios, mientras se condena a la pobreza a un tercio de nuestra población y, criminalmente, se continúa generando mortalidad infantil; a la vez que se castiga con desnutrición endémica a los niños que, por esa razón, ingresan en forma definitiva a la raza de los subhombres por disminución permanente de sus aptitudes intelectuales.
Ese es el modelo que el bipartidismo expresa y garantiza, con algunas diferencias cosméticas respecto de la forma y el estilo con el cual se nos condena a tener que votar al mismo lobo con diferente piel.
Para romper esa trampa Pino nos convocó a esta movilización emancipadora que encarna en la gente, emociona y convoca.
Claro está que dentro del aluvión que vino a sumarse a esta construcción transformadora hay algunos compañeros algo confundidos. Hay quienes creen que el objetivo central de su acción política consiste en meter un compañero más en las listas de disputados o concejales.  Nuestro objetivo estratégico es la movilización “Pino Presidente”,  y sólo el ciego ombliguismo y la mezquindad, por no decir también la traición, podría subordinarla a los intereses coyunturales de alianzas de distrito para garrapiñar votos en la elección local, o al contento o descontento  por el cierre –afortunado o desafortunado- de una lista electoral.
Se equivocan gravemente los que pueda pensar que podemos compartir candidatos con los referentes del Pejota o de la UCR sin desnaturalizar nuestra propuesta estratégica. Una característica central del político burgués es juntar votos de cualquier manera, con cualquier discurso y con cualquier compañía para “meter” un legislador más o arrimar algo el bochín. Y por eso es que el modelo K no le hace asco a asociarse con Saadi en Catamarca, con Menem en La Rioja, con Gioja en San Juan, con Rico en San Miguel, y con los Pedraza en los negocios. Por su parte el gobierno de la Alianza (UCR – Frente Grande) repuso alborozada en el Gobierno a Domingo Cavallo, y se erigió en operadora del sistema en la represión criminal del 20 de diciembre. Muchachos, a ver si lo entienden bien, con esa gente no vamos ni a misa en ningún distrito.
Están también los que se autoproclaman referentes electorales y se atribuyen la titularidad de votos, cuando nunca pasaron por una elección. Son como los generales vírgenes de batallas, o protagonistas de batallas desastrosas,  que invocan galones ganados en congresos, desfiles y conferencias con la pretensión de exigir lugares en los puestos de comando.
Compañeros, no hay que poner el carro delante de los caballos: nuestro referente ordenador del espacio es Pino Solanas, nuestras banderas son las Cinco Causas Emancipadoras y nuestra propuesta es incompatible con los variados rostros del bipartidismo, el que no se haya dado cuenta de todo esto se equivocó de lugar

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