Este jueves, 28 de abril, a las 19:00 hs. en la Casa de Proyecto Sur en La Plata, proyectaremos "NUESTRAS ISLAS MALVINAS" Y "ME MATAN SI NO TRABAJO Y SI TRABAJO ME MATAN" Director: RAYMUNDO GLEYZER SINOPSIS |
Raymundo Gleyzer está hoy desaparecido pero su testimonio desgarrador y sus épicas películas pueden encontrarse disponibles gracias a algunos valientes que se animaron a sacar las cintas del país para que no desaparecieran en la nada.
Su frase lo describió a la perfección "Nosotros no hacemos films para morir, sino para vivir, para vivir mejor. Y si se nos va la vida en ello, vendrán otros que continuaran... ".
Sus películas no eran precisamente para el mercado, sino que eran un arma cargada a punto de explotar, una forma de contrainformación, en definitiva, cine para los oprimidos.
Uno de sus primeros segmentos fue "Nuestras Islas Malvinas" que redactado hoy puede herir varios sentimientos. Sin embargo Raymundo, en 1966 consiguió el permiso de la reina inglesa para poder filmar las islas Malvinas, convirtiéndose en el primer cineasta en lograrlo.
Hermoso corto para ver y reflexionar.
ME MATAN SI NO TRABAJO Y SI TRABAJO ME MATAN
Me matan si no trabajo y si trabajo me matan fue rodada durante el gobierno de Isabel Perón y es la última película terminada por el realizador (después rodó muchos fragmentos que nunca alcanzó a compaginar). Se trata de un excelente corto de 27 minutos estructurado alrededor del conflicto de Insud, una planta metalúrgica que tiene infestados de saturnismo a 79 de sus 81 operarios. Desde el comienzo mismo, la cámara de Gleyzer se comporta como un obrero más, comparte el pan y el vino, las movilizaciones y las asambleas, y después toma vuelo propio para mostrar a la distancia las fachadas tristes de la explotación: el perfil fabril, el cementerio, las calles vacías "sin perros ni gatos" por las brutales emanaciones de plomo de la fábrica. Si el aspecto documental confería inédita veracidad a Los traidores, son los recursos propios de la ficción (la gente interactuando en lugar de dirigirse a la cámara, y hasta unos cuantos diálogos montados en plano/contraplano, aunque con tomas rigurosamente documentales) los que hacen de Me matan... un relato de un dinamismo asombroso. Con enorme libertad, incluso, Gleyzer se permitió un sketch humorístico-didáctico acerca de la lógica capitalista con dibujos animados, y un par de secuencias de montaje con desprejuiciadas odas a la olla popular y contra los parásitos de la sangre obrera. Otro tono tiene el clímax, cuando los trabajadores de Insud ganan la plaza del Congreso por sus reivindicaciones, el 29 de marzo del 74, y son calurosamente recibidos por Rodolfo Ortega Peña, en uno de sus últimos actos solidarios antes de ser asesinado por la Triple A.
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