LA NECESIDAD DE CONTAR CON EL BANCO SUDAMERICANO PÚBLICO
Por el doctor Félix Herrero,
Primer candidato a diputado nacional de la Capital Federal por Proyecto Sur.
Primer candidato a diputado nacional de la Capital Federal por Proyecto Sur.
El 26 de setiembre se cumplirán dos años de la firma del Convenio Constitutivo del Banco del Sur, que se llevó a cabo en la Isla Margarita, Venezuela.
Hasta el presente solo lo ratificaron dos de los siete países firmantes: Ecuador y Venezuela; y en junio de este año le dio media sanción la Cámara de senadores de Argentina.
En la Cámara de los diputados, Fernando Pino Solanas, acompañado por otros 13 legisladores, presentó el 2 de marzo de este año el proyecto de Ratificación del Banco del Sur, que sería aprobado en el día de la fecha.
La historia moderna de las entidades crediticias internacionales nace, poco antes de terminar la segunda guerra mundial, en las reuniones en Bretton Woods, donde se crearon el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Argentina no aprobó este sistema de entidades públicas financieras, porque estaba inspirado en principios liberales que no aceptaba. Luego del golpe militar de 1955, el gobierno argentino se asoció a ambos organismos, como así al regional Banco Interamericano de Desarrollo. El FMI, real mandante del BM, tiene como objetivos enunciados la cooperación monetaria, el crecimiento del comercio, la estabilidad cambiaria y la corrección de los desequilibrios de los balances de pagos.
En realidad, como lo hemos vivido en carne propia todos los argentinos, el FMI y el BM pretendieron y lograron imponer a nuestros países políticas financieras y económicas contrarias a los intereses de nuestros pueblos. Nadie puede olvidar que en los años 90 el consenso de Washington, obra cumbre de esos organismos, destruyó la economía y la industria argentinas.
De los enunciados en Bretton Woods a la realidad hay mucha distancia: la realidad habla de políticas de ajuste estructural, reducción de la demanda, apertura a la producción externa, privatización integral de empresas y reducción del gasto público.
Frente a este panorama, siete países sudamericanos decidieron crear un banco de derecho público internacional para el desarrollo social y económico del área y el crecimiento de la integración sudamericana. Los países signatarios acordaron establecer la sede del banco en Caracas, con subsedes en Buenos Aires y La Paz.
El capital autorizado del Banco del Sur es de 20.000 millones de dólares y el suscrito de 7.000 millones. Argentina, Brasil y Venezuela integrarán 20% del capital cada uno, mientras Bolivia, Ecuador, Paraguay y Uruguay lo hará en 10% cada uno.
La necesidad de contar con una entidad financiera regional propia, que responda a los intereses de los países sudamericanos, convierte en una obligación moral la ratificación de su creación.
Por eso Proyecto Sur aprueba y recomienda que el Convenio Constitutivo del Banco del Sur sea ratificado por nuestro país.
No hay comentarios:
Publicar un comentario