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miércoles, 22 de febrero de 2012

GENERO E INCLUSIÓN- NOTA DEL ATLÁNTICO DE MAR DEL PLATA

LOCALES



Género e inclusión

21.02.2012
12:03 hs.

Casi 20 chicas trans capacitadas en salud



Se trata de una iniciativa innovadora en la Provincia. “Me da mucha alegría que las chicas me digan: hoy no salgo porque tengo que estudiar”, relató Cintia, una de las participantes. Ellas apuestan a un trabajo que las aleje de la prostitución

Una veintena de chicas trans se están capacitando como promotoras de salud y acompañantes terapéuticas, como posibles futuras salidas laborales que le permitan un medio de vida. Para ello cobran un subsidio mínimo de mil pesos, que no les permite aún abandonar la prostitución callejera, donde están condenadas a trabajar.

En el marco de la Mesa de Trabajo sobre Diversidad de Género -creada en mayo de 2011 por la ordenanza- y ante el pedido y la lucha de distintas organizaciones, surgió la posibilidad de capacitar a un grupo de chicas trans para que puedan desempeñarse como promotoras de salud, especializadas en VIH/Sida, identidad de género y derechos humanos.

Para ello la Municipalidad –a través de la Oficina por la Igualdad, ahora transformada en Dirección de Derechos Humanos- y la Red de Personas viviendo con VIH/Sida presentaron un proyecto ante el Ministerio de Trabajo de la Nación, en el marco de la línea denominada “Acciones de entrenamiento para el sector privado”.

La propuesta fue aceptada, el acuerdo se firmó a fines de 2011 e involucra a 19 chicas trans que fueron capacitadas para realizar el trabajo de promotoras de salud. Los cursos son teóricos y prácticos. Ellas estudian, asisten a clase pero también participan de actividades de difusión, reparten preservativos y acuden al Hospital Interzonal a acompañar a travestis que deben pasar por momentos delicados de salud.

“La capacitación es elemental”, sostuvo Agustina Palacios, titular de la Dirección de Derechos Humanos. “Son personas que desde su infancia o adolescencia han sido excluidas de su propia familia, en la mayoría de los casos. A partir de allí atraviesan una cadena de exclusión y discriminación. De esta manera se les hace muy difícil capacitarse y si lo están, no pueden acceder a un trabajo”, contempló la funcionaria.

El primer objetivo planteado, sostuvo, fue darle visibilidad al problema. “El Municipio lo entiende y quiere demostrar que se puede”, subrayó. Y marcó como segunda meta avanzar en la concientización de la sociedad.

“ANOCHE NO SALÍ”“Es increíble escuchar a las chicas que me dicen: ‘Anoche no salí porque tenía que venir a estudiar’”, relató Cintia Pili, una de las chicas que está haciendo la capacitación –además de ser encargada del área trans de Amadi. Que la capacitación y la proyección que ello puede generar las aleje por momentos de la prostitución que deben ejercer para ganarse la vida, es sin dudas un pequeño triunfo. Pero que no las saca de esa realidad todavía.

“Estamos expuestas al trabajo sexual como única alternativa”, sostiene Cintia y celebra: “Es una experiencia fantástica poder trasmitir a nuestras compañeras lo que podemos aprender en el curso”.

Cintia remarcó que se trata de “algo innovador en Mar del Plata”: dijo que son los primeros cursos para chicas trans que se hacen en territorio bonaerense.

Pero más allá de la importancia que adjudicó, remarcó: “Es un comienzo”. “No solo vamos a aprender, queremos que continúe, que vengan otras capacitaciones, que tengamos la posibilidad de trabajar”, subrayó como meta máxima, como un derecho aún no conquistado.

“Hay un cambio, que se generó entre nosotras”, sostuvo ella. “No sólo nos capacitamos como promotoras de salud, sino que también nos empoderamos en nuestros derechos. La idea es ir generando cosas a futuro”, añadió.

Sabe que el dinero es escaso, que sirve para cubrir básicamente los viáticos que implica estudiar. “Yo lo que necesito es un trabajo, pero tengo que capacitarme para eso”, explicó Cintia.

“La iniciativa parte de la lucha de organizaciones por nuestros derechos, el Estado nos dio el apoyo y ahora pedimos que continúe”, exclamó luego.

El proyecto destaca la “necesidad e importancia de contar con promotoras de salud, comprometidas en mejorar la calidad de vida de la población trans de la comunidad” así como la necesidad de trabajar en “la formación y capacitación de estas promotoras para ejecutar tareas tendientes al fomento y desarrollo de mejores condiciones de salud individual, familiar y comunitaria, es uno de los desafíos que enfrenta el Programa”.

El programa comprende acciones de enseñanza y aprendizaje básicas, con prácticas en los servicios de salud y la comunidad, dedicado a aumentar la efectividad y eficiencia del sistema de salud, facilitar el acceso a la salud de las personas de la diversidad sexual, en especial la comunidad trans.

Se trata de la población que tiene la menor expectativa de vida, de tan solo 35 años; la mayor incidencia de VIH/Sida –en un 33 por ciento- y que en su gran mayoría se ven obligadas a ejercer el trabajo sexual como único medio de subsistencia, en el 90 por ciento de los casos, según está detallado en el proyecto.

A la espera de su DNIEl derecho a la identidad es un derecho personalísimo. ¿Qué sucede si tu Documento Nacional de Identidad no marca tu verdadera identidad? En acceder a este derecho o tenerlo negado radica la diferencia entre ser ciudadano y no serlo, según expresaron desde la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans.

Cintia Pili fue una de las primeras personas trans marplatenses que presentó un amparo para pedir el cambio de su identidad de género a través de su DNI, a la espera de la sanción de la ley que evite el periplo judicial.

Si bien ya salieron algunas resoluciones favorables, el amparo de Cintia recayó en el Juzgado Civil y Comercial número 3, a cargo de Luis Diego Benvenuto Vignola, y aún no encontró respuesta positiva.

Mientras que otros jueces ya otorgaron amparos similares, ella sigue esperando. Esto motivó que en diciembre de 2011 Agustina Palacios –titular de la Dirección de Derechos Humanos- remitiera al juez una carta en apoyo a la solicitud de Cintia. Pero ella, sigue esperando.

"Mi documento no me identifica”, sostenía Cintia un año y medio atrás cuando comenzaba a debatirse la ley de identidad de género. “Nuestra identidad es la que hemos elegido”, decía entonces. Hoy espera una resolución judicial que le permita llevar un DNI que la represente, que le evite situaciones de violencia y de discriminación cotidianas, que le otorgue su derecho personalísimo.

Redacción El Atlántico

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