Proyecto Sur es un movimiento político, social y cultural que ubica el respeto a la condición humana sobre cualquier otra consideración, proclamando como principios básicos la defensa del ambiente y la propiedad pública de nuestros recursos naturales, como condición para alcanzar una auténtica justicia social y garantizar la soberanía nacional.

lunes, 12 de diciembre de 2011

13 DE DICIEMBRE DÍA DEL PETROLEO (AUNQUE CONTINÚA SU SAQUEO)

Proyecto Sur nace como fuerza política, con un grito de indignación, cuando se prorroga, en el 2007, la concesión petrolera, profundizando las privatizaciones.Nuestros referentes han instalado en la sociedad un conjunto de ideas que están sintetizados en esta nota.
Por: La redacción




El 13 de diciembre próximo se celebra otro aniversario del descubrimiento de petróleo en Comodoro Rivadavia en 1907.
Desde 1992, no son argentinos como el general Mosconi y miles de trabajadores petroleros, junto al pueblo, los que tenemos algo para celebrar, sino los extranjeros y sus cipayos que asociados se quedan con las rentas de nuestra riqueza petrolera.
Estamos en la civilización del petróleo: Es un recurso importantísimo El crecimiento demográfico mundial y el aumento de consumo de Estados Unidos y China, marcan este medio siglo hasta que se llegue a un mundo sin petróleo.
Lo que  sorprende es la ineptitud, la ignorancia o la complicidad militante de quienes nos han gobernado, y de quienes están también al frente de los organismos técnicos, incluso en el gobierno actual.La Secretaríade Energía está en manos de los mismos funcionarios y personajes que fueron ejecutivos activos en los peores momentos de la privatización del menemato. Pocas veces hemos vivido un momento de tanta chatura intelectual y cultural. Somos víctimas de la derrota cultural que nos provocó el neoliberalismo y el posmodernismo en la década del 90, empezando por el Consenso de Washington, donde nada podía cambiarse, y cualquier idea de defender valores sociales o de lo público era anacrónica. Derrota cultural, que es más profunda que la política, porque es la derrota en las convicciones y en el sentimiento. La sensación que quedó fue la de que no había cambio posible, y que sólo existía la posibilidad de subirse al supuesto tren de la historia: En realidad, al último vagón de este tren carguero destrozado, penoso, corrupto e inmoral, pero que todos suponían que era el último que pasaba. Revertir esa noción es una tarea colectiva.
Hasta hace poco en ninguna de nuestras universidades había un solo trabajo que explicara cuáles fueron las consecuencias sociales que tuvo una de los mayores latrocinios cometidas enla Argentina, además de la privatización del petróleo: la aniquilación del ferrocarril. Ninguna nación culta del mundo destruye su ferrocarril. Aquí, de36.000 kilómetrosde vías quedaron 8.000. Pagamos más subsidios que antes. Cerraron 800 estaciones, dejando 800 pueblos fantasmas, y miles de personas que se mudaron a la periferia de las grandes ciudades. Todo eso se hizo con el aval de casi todos los medios de prensa
Los contubernios de las corporaciones argentinas premiadas por la dictadura con contratos y concesiones tan canallas, que obligaban a YPF a comprarles la producción del petróleo que sacaban de la misma YPF, pero pagándolo a precio muy superiores permitieron la acumulación de la fortuna de los Pérez Companc, que no tenían nada que ver con el petróleo porque eran navieros. De los Rocca, que estaban en la construcción, los Bulgheroni, grupos de acción y vaciamiento del aparato del Estado que vivieron de grandes subsidios, créditos y sobreprecios, y de la condonación de todas las multas que se merecían sus incumplimientos.







Asi se conformóla Petrocracia, que es la que explica el fenómeno Menem, y una clave para entender parte sustancial del endeudamiento externo. En el menemato se traspasó una renta de 8.000 millones de dólares, que dejaba YPF. Como no existía ese dinero, que era el combustible que aceitaba y compensaba gran parte del desarrollo nacional, ¿qué hicieron? Pidieron deuda externa. El faltante de 8.000 millones, multiplicado por 10 ó 12 años, más el 10% de interés anual de la deuda, da 130 mil o 140 mil millones de dólares, buena parte de nuestra deuda externa. La estafa actual consiste en que el precio del barril, enla Argentina, tiene como costo de producción 3 dólares pero por el acuerdo de las petroleras con el gobierno de Kirchner, lo hacen valer 28 ó 30. El consumidor argentino paga precio internacional. El producto es enteramente nacional y no hay relación entre el costo y el precio, como en un mercado que fuera realmente desregulado y competitivo, y no un oligopolio. Los salarios que pagan Repsol, Tecpetrol, y las otras petroleras, en cambio, no son de nivel internacional, con lo que la estafa se multiplica
El gobierno creó ENARSA (Empresa Nacional de Energía Sociedad Anónima), un paso importante, frente a la nada de un Estado bobo,que no sabía ni cuánto petróleo tenía. Pero el primer contrato de ENARSA es con una empresa de Angola a la cual le vamos a ceder parte del sector marítimo. De esto no se sabe nada porque la desinformación sigue siendo total.
Es posible efectuar cambios: el propio gobierno de Kirchner, logró derrumbar las leyes de impunidad por los actos de terrorismo de Estado.
Ni siquiera haría falta apelar a la voluntad política o a los discursos soberanos: Si hoy se aplicara la ley vigente de hidrocarburos, que viene de la época de Onganía y Krieger Vasena), ley que en aquel momento calificábamos como horrorosa y hoy está a la izquierda de todo lo que vino después, las dos terceras partes de las concesiones petroleras se caerían. Que una ley de aquel gobierno hoy resulte casi revolucionaria, describe el estado de las cosas.
Hay que desarrollar el debate sobre cuál es el modelo de gestión que debe reemplazar al fracaso de las privatizadas. Ese es el tema de los temas. El gobierno no quiere abrir este debate como tampoco quiere apelar al instrumento enorme que ofrecela Constitución Nacional: el referéndum vinculante. Si enla Argentinase convocara al pueblo, si no se le temiera, se abriría la posibilidad de redemocratizar las instituciones y redistribuir con sentido social y democrático la renta que producimos.

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